cartel_sculturalHoy domingo, termina la Semana Cultural que el Ayuntamiento de Guadalupe ha organizado en nuestro pueblo. Desde la página del centro queremos felicitar a los organizadores y a todos los participantes en dicha semana, que sin duda ha sido un rotundo éxito tanto en el aspecto organizativo como en el participativo. Los alumnos del colegio han tenido un papel también relevante, puesto que han acudido a los distintos talleres , han expuesto en la casa de cultura los trabajos realizados con motivo del día del libro, han participado en actividades deportivas y han realizado algunos bailes regionales de la mano de Trini Rubio. He tenido la suerte de poder asistir a los actos programados para el viernes día veintitrés y el sábado veinticuatro. Si de estupendo puede calificarse el concierto de guitarra y flauta travesera ofrecido por Fray David y Fernando Rugiero, muy exigente desde el punto de vista técnico, si entrañable y original podríamos decir que fue el concierto de Pepi, poniendo música a poemas de Miguel Hernández, Federico García Lorca y Nicolás Sánchez Prieto, lo del grupo de teatro Tomillo y Jara merece capítulo aparte.
Sé que probablemente no pueda ser muy objetivo, pues me unen lazos de amistad con el director Juan García y con muchos de los actores, pero las representaciones que el grupo "Tomillo y Jara" ha realizado estos días son insuperables. Ciertamente, nos han hecho pasar dos veladas memorables. El viernes nos deleitaban con un recital de poesías de Ángel Marina, Nicolás Sánchez Prieto, José María Gabriel y Galán, y Luis Chamizo  y un sainete (La tierra de Jauja) interpretado magistralmente por Jesús Utrilla, Pedro Sanromán y Felipe Chamorro. Consiguió emocionarme Pedro con la poesía de Ángel Marina y me sorprendió muy gratamente Javi Cárdenas con su casi interpretación de la poesía de Luis Chamizo.
El sábado, con la representación de otros tres sainetes de los hermanos Quintero, estos actores volvieron a hacernos pasar una especial noche. Y es que Rosa, Jose Antonio, Nati, Felipe, Jesús y Mari Ángeles estuvieron sencillamente magistrales. Sé el trabajo que supone poner una obra en escena y me consta las horas que estos actores han dedicado a ensayar después de sus respectivos trabajos durante los dos últimos meses. Por eso, y porque su único sueldo es nuestro reconocimiento y aplauso, vaya desde aquí el mío el primero junto con mi admiración. Lo he repetido en múltiples ocasiones: es un verdadero lujo para Guadalupe, (que no olvidemos nunca que es un pequeño pueblo perdido en una de las regiones más remotas y deprimidas de toda Europa) que un grupo de personas comprometidas y con inquietudes nos ofrezcan la posibilidad de disfrutar del teatro. O de la música, o de la zarzuela, o de la lectura de un buen libro. Estamos viviendo un renacer cultural en Guadalupe y todos, sin afanes de protagonismo, sino arrimando el hombro, debemos colaborar para que esto dure. Como diría mi amigo fray David, que así sea.